Sí, es posible tener una amígdala demasiado grande, también conocida como hipertrofia amigdalina. Las amígdalas crecen demasiado cuando las amígdalas, que son pequeñas glándulas ubicadas en la parte posterior de la garganta, se agrandan. Este agrandamiento puede provocar diversos síntomas, como dificultad para respirar, apnea obstructiva del sueño, dolor de garganta y mal aliento. En algunos casos, es posible que sea necesario extirpar quirúrgicamente las amígdalas demasiado crecidas para aliviar los síntomas.