El aire en la membrana de la cara después de la extracción del diente se llama enfisema quirúrgico. Ocurre cuando el aire se escapa hacia los alrededores de la boca y la cara debido a la presión negativa creada durante el procedimiento. Esta afección suele ser inofensiva y se resolverá por sí sola en unos pocos días. Sin embargo, puede causar hinchazón y malestar, que generalmente se pueden controlar con analgésicos y compresas frías. En casos raros, el enfisema quirúrgico puede provocar complicaciones más graves, como una infección, por lo que es importante seguir las instrucciones de su dentista y controlar sus síntomas cuidadosamente.