Un 2021 más saludable:Bill está aceptando que su condición física ya no es la que era
Cuando el reloj marcó la medianoche del 31 de diciembre de 2020, millones de personas, incluido Bill, tomaron resoluciones para priorizar su salud durante el próximo año. Para Bill, esto significó ponerse en forma físicamente. Se imaginó a sí mismo perdiendo kilos de más, aumentando su resistencia y sintiéndose con más energía con una rutina de ejercicios constante.
Inicialmente, Bill se sumergió de lleno en sus objetivos de acondicionamiento físico. Se inscribió en un gimnasio, compró ropa deportiva nueva y asistió con entusiasmo a sus clases diarias. Durante las primeras semanas, el subidón de endorfinas lo mantuvo motivado. Pero poco a poco el entusiasmo disminuyó y los viejos hábitos empezaron a volver.
Los proyectos laborales exigían más horas, dejando menos tiempo para hacer ejercicio. Comenzó a saltarse sesiones aquí y allá, pensando que podría compensarlas más tarde. Pronto, esas sesiones saltadas se convirtieron en una pausa prolongada hasta que Bill se dio cuenta de que se había salido por completo del fitness.
La decepción comenzó a invadirlo, dejando a Bill con una opción. Podría hundirse en la autocompasión y la culpa, o podría adoptar un nuevo enfoque. Se hizo evidente que sus expectativas podrían no haber sido realistas, considerando desde dónde empezó. Al reconocer que no podía esperar transformaciones rápidas, Bill aceptó un cambio en su forma de pensar.
En lugar de fijarse en la perfección, Bill se fijó metas más pequeñas y alcanzables. En lugar de obsesionarse con los entrenamientos diarios, decidió programar tres sesiones no negociables cada semana. Este enfoque le pareció menos abrumador y le dio un respiro.
También diversificó sus entrenamientos para mantener el interés. Yoga, caminatas por el parque y natación se unieron a la mezcla, creando una rutina que combinaba disfrute y desafío. Gradualmente, Bill fue testigo del progreso:no una revolución de la noche a la mañana, sino una evolución constante. Esta vez, sin embargo, hubo una diferencia:la coherencia.
Meses después, cuando el 2021 llegaba a su fin, Bill reflexionó sobre su viaje más saludable. La balanza no fue el único juez de su éxito. Experimentó una mayor flexibilidad, una resistencia cardiovascular más robusta y una mayor sensación de vitalidad. Pero lo más importante es que reconoció que su nivel de condición física anterior no era una medida de quién podría llegar a ser.
Al aceptar sus limitaciones y adaptar su enfoque, Bill logró cambios significativos y duraderos. Se convirtió en una lección sobre la autoaceptación, las expectativas realistas y la resiliencia para girar cuando sea necesario. Aunque no fue donde inicialmente se imaginó que estaría, Bill lo convirtió en su destino a pesar de los desvíos en el camino.