Para un bebé nacido a término al nivel del mar, generalmente se considera normal un nivel de saturación de oxígeno del 94-99%. Sin embargo, es importante tener en cuenta que este rango puede variar ligeramente según las circunstancias individuales y puede ser diferente para bebés prematuros o bebés con ciertas afecciones médicas. Los niveles de saturación de oxígeno inferiores al 90% generalmente se consideran bajos y deben ser evaluados por un profesional de la salud.