La frase "Dios mío" es una exclamación que expresa sorpresa, molestia o decepción. A menudo se utiliza con humor para restar importancia a una situación que no es especialmente grave. Por ejemplo, alguien podría decir "Dios mío" si tropieza y se cae, o si pierde las llaves. La frase también se puede usar de manera más seria para expresar dolor o pena genuina, como cuando alguien pierde a un ser querido. En este contexto, "buen dolor" podría usarse para significar "dolor profundo" o "dolor profundo".