¿Qué pasa si vas a broncearte y estás embarazada?
1. Mayor riesgo de deshidratación:El bronceado, especialmente en camas de bronceado UV, puede provocar deshidratación, lo cual no es ideal durante el embarazo, cuando aumentan las necesidades de líquidos de la mujer.
2. Daño a la piel e hiperpigmentación:la exposición a los rayos ultravioleta (UV) del bronceado puede causar daños a la piel y provocar arrugas, líneas finas, manchas de la edad e hiperpigmentación. Estos efectos pueden ser más pronunciados durante el embarazo debido a cambios hormonales que hacen que la piel sea más susceptible a los cambios de pigmentación.
3. Daño potencial al feto:si bien no se comprenden completamente los riesgos exactos para el feto, algunas investigaciones sugieren que la exposición excesiva a la radiación ultravioleta, ya sea del sol o de las camas solares, puede aumentar el riesgo de ciertos defectos congénitos, incluido el tubo neural. defectos.
4. Mayor riesgo de enfermedades relacionadas con el calor:El bronceado puede generar calor, lo que puede provocar enfermedades relacionadas con el calor, como agotamiento por calor o insolación. Estas condiciones pueden ser particularmente peligrosas durante el embarazo ya que pueden afectar negativamente tanto a la madre como al feto.
5. Empeoramiento de afecciones cutáneas preexistentes:si una mujer embarazada tiene ciertas afecciones cutáneas preexistentes como eczema o psoriasis, el bronceado puede empeorar estas afecciones, causando molestias e inconvenientes.
Generalmente es aconsejable que las mujeres embarazadas busquen métodos alternativos para lograr una apariencia bronceada, como el uso de autobronceadores o bronceadores, que no impliquen exposición a la radiación ultravioleta. Además, practicar hábitos seguros de exposición al sol, como usar protector solar, buscar sombra durante las horas pico y usar ropa protectora, es esencial para minimizar los riesgos potenciales asociados con la exposición al sol durante el embarazo.
Si está considerando broncearse durante el embarazo, es importante consultar primero con su médico para evaluar los riesgos y beneficios potenciales y determinar el enfoque más seguro para su situación específica.