Si bien es posible obtener una prueba de embarazo positiva dos semanas después de la concepción, no es muy probable. Las pruebas tempranas de embarazo están diseñadas para detectar la presencia de gonadotropina coriónica humana (hCG) en la orina, que es una hormona producida por la placenta en desarrollo después de la implantación del óvulo fertilizado en el útero. Por lo general, los niveles de hCG comienzan a aumentar entre 6 y 10 días después de la ovulación, pero pueden tardar más en alcanzar niveles detectables en la orina. La mayoría de las pruebas de embarazo caseras pueden detectar niveles de hCG de aproximadamente 25 a 50 mUI/ml, pero las pruebas más sensibles pueden detectar niveles tan bajos como 10 a 15 mUI/ml. Si sospecha que puede estar embarazada, es mejor esperar al menos hasta la semana de la falta de su período antes de realizar una prueba de embarazo para obtener resultados más confiables.