Las personas transgénero deberían poder utilizar el baño que corresponda con su identidad de género. No se trata sólo de una cuestión de derechos humanos básicos, sino también de seguridad pública. Las personas transgénero tienen más probabilidades de ser víctimas de violencia que las personas cisgénero, y usar el baño que corresponda con su identidad de género puede ayudar a reducir el riesgo de violencia. Además, las personas transgénero que utilizan el baño que corresponde a su identidad de género tienen más probabilidades de sentirse seguras y cómodas, lo que puede conducir a una mejor salud y bienestar.