¿Cuándo la preocupación se convierte en ansiedad que necesita tratamiento?

Persistente

- En curso durante varias semanas.

Excesivo

- Fuera de proporción con la probabilidad o el impacto real de la fuente de preocupación

Interferir

- Afecta el funcionamiento diario

- Dificultad para conciliar/mantener el sueño, falta de concentración, cambios en el apetito…

Síntomas físicos

- Sudoración, dificultad para respirar, náuseas y dolores de cabeza.

Cuando estos signos surgen o la preocupación empeora a pesar de sus intentos de afrontar la situación sin terapia, puede indicar la necesidad de consulta y tratamiento profesional para garantizar el bienestar.