¿Por qué algunos hombres encontraron disminuido su papel en la familia durante la depresión?

Pérdida de ingresos y desempleo: La Gran Depresión provocó pérdidas generalizadas de empleos y dificultades económicas, que afectaron desproporcionadamente a los hombres que eran el principal sostén de la familia. Esta pérdida de ingresos y desempleo impactó directamente su capacidad de mantener a sus familias, desafiando su papel tradicional como proveedores financieros.

Normas y expectativas de género: Durante la depresión, los roles tradicionales de género todavía estaban profundamente arraigados en la sociedad. Se esperaba que los hombres fueran los principales proveedores de ingresos y protectores de sus familias. La incapacidad de cumplir este papel debido al desempleo o a la reducción de ingresos podría generar sentimientos de insuficiencia, vergüenza y una disminución del sentido de masculinidad.

Estigma cultural: Los hombres que estaban desempleados o que luchaban económicamente durante la depresión a menudo se enfrentaban al estigma y la crítica social. La opinión social predominante era que los hombres debían ser fuertes y capaces de mantener a sus familias. Este estigma cultural podría erosionar aún más el sentido de autoestima de los hombres y su papel percibido dentro de la familia.

Cambiando la dinámica familiar: Las tensiones económicas de la depresión también provocaron cambios en la dinámica familiar. En algunos casos, las mujeres se vieron obligadas a realizar trabajos remunerados fuera del hogar para complementar los ingresos familiares, desafiando los roles de género tradicionales y alterando potencialmente las estructuras de poder dentro de las familias. Esto podría disminuir aún más el sentido de dominancia e importancia masculina dentro de la unidad familiar.

Mayor dependencia del apoyo gubernamental: La depresión vio una expansión sin precedentes de la intervención gubernamental y los programas de bienestar. Esto, a su vez, redujo la dependencia de las familias de los hombres como únicos proveedores e introdujo una nueva sensación de dependencia de fuentes externas de apoyo. Esto podría socavar aún más el sentido de autonomía de los hombres y su papel tradicional como sostén de la familia.