¿Qué hace que el insomnio sea crónico?

El insomnio crónico se refiere a la dificultad persistente para iniciar o permanecer dormido durante un período de al menos tres meses, que ocurre al menos tres noches por semana. Varios factores pueden contribuir a la transición del insomnio de una condición aguda a una crónica. Aquí hay algunos factores clave:

1. Condiciones médicas subyacentes: Ciertas afecciones médicas subyacentes, como el dolor crónico, la diabetes, los problemas de tiroides o la depresión, pueden alterar los patrones de sueño y contribuir al desarrollo del insomnio crónico.

2. Genética e historia familiar: La predisposición genética y los antecedentes familiares pueden influir en el desarrollo del insomnio. Algunas personas pueden tener una tendencia hereditaria al insomnio o pueden ser más susceptibles a sufrir alteraciones del sueño en respuesta al estrés y a factores ambientales.

3. Patrones y hábitos de comportamiento: Las malas prácticas y hábitos de higiene del sueño pueden contribuir a la persistencia del insomnio. Estos pueden incluir horarios de sueño inconsistentes, consumo excesivo de cafeína o alcohol antes de acostarse o el uso de dispositivos electrónicos en la cama.

4. Estrés y ansiedad: El estrés crónico, los trastornos de ansiedad o los antecedentes de eventos traumáticos pueden desencadenar y exacerbar el insomnio. El estrés puede provocar una mente hiperactiva y dificultad para relajarse a la hora de acostarse, mientras que la ansiedad puede aumentar la preocupación y la anticipación, dificultando conciliar el sueño.

5. Alteraciones del ritmo circadiano: La alteración del ciclo natural de sueño-vigilia del cuerpo o del ritmo circadiano puede provocar insomnio crónico. Esto puede ocurrir debido a cambios frecuentes de turnos de trabajo (trabajo por turnos), desfase horario o horarios de sueño irregulares.

6. Factores cognitivos y creencias negativas: Los pensamientos y creencias negativos sobre el sueño pueden crear un ciclo de insomnio que se perpetúa a sí mismo. Por ejemplo, el miedo a no poder conciliar el sueño o la frustración por intentos fallidos de dormir en el pasado pueden provocar ansiedad a la hora de acostarse, empeorando el insomnio.

7. Uso de medicamentos y sustancias: Ciertos medicamentos y el uso de sustancias, incluida la nicotina y el consumo excesivo de alcohol, pueden interferir con el sueño y potencialmente provocar insomnio crónico.

8. Cambios relacionados con la edad: A medida que las personas envejecen, sus patrones de sueño pueden cambiar y pueden experimentar más dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormidos.

Es importante señalar que el insomnio crónico suele ser multifactorial y una combinación de estos factores puede contribuir a su persistencia. Buscar evaluación y tratamiento por parte de un profesional de la salud especializado en medicina del sueño es fundamental para un diagnóstico adecuado y un tratamiento eficaz del insomnio crónico.