¿Por qué es malo beber más de 6 tragos al día?
1. Daño hepático: El consumo excesivo de alcohol puede provocar inflamación y daño al hígado, provocando afecciones como hepatitis alcohólica, hígado graso, cirrosis e insuficiencia hepática.
2. Enfermedad cardíaca: El consumo excesivo de alcohol puede aumentar la presión arterial, elevar los niveles de colesterol y contribuir al desarrollo de insuficiencia cardíaca, arritmias y accidentes cerebrovasculares.
3. Cáncer: El consumo excesivo de alcohol de forma crónica se ha relacionado con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, incluidos los de boca, garganta, esófago, hígado y mama.
4. Daño cerebral: El alcohol puede afectar el funcionamiento y la estructura del cerebro, provocando deterioros cognitivos, pérdida de memoria, demencia y síndrome de Wernicke-Korsakoff.
5. Supresión del sistema inmunológico: El consumo excesivo de alcohol puede debilitar el sistema inmunológico, haciendo que las personas sean más susceptibles a infecciones y enfermedades.
6. Problemas digestivos: Beber en exceso puede irritar el revestimiento del estómago y provocar gastritis, úlceras y pancreatitis.
7. Deficiencias nutricionales: El alcohol puede interferir con la absorción de nutrientes, provocando deficiencias de vitaminas y minerales esenciales.
8. Dependencia y adicción al alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede provocar dependencia y adicción, donde a las personas les resulta difícil controlar su consumo de alcohol a pesar de las consecuencias negativas.
9. Problemas de salud mental: El alcohol puede empeorar o contribuir a condiciones de salud mental como la depresión, la ansiedad y el trastorno bipolar.
10. Lesiones no intencionales: Beber demasiado alcohol puede afectar el juicio y la coordinación, aumentando el riesgo de accidentes, lesiones, caídas y quemaduras.
11. Problemas sociales y de relaciones: El consumo excesivo de alcohol puede provocar relaciones tensas, conflictos, aislamiento social y dificultades laborales o financieras.
12. Riesgos del embarazo: Beber durante el embarazo puede provocar trastornos del espectro alcohólico fetal (FASD), que provocan discapacidades físicas, mentales y de desarrollo de por vida en los niños.
Es importante consumir alcohol con moderación o abstenerse por completo para evitar los efectos nocivos asociados con el consumo excesivo. Para las personas que luchan contra la adicción al alcohol, buscar ayuda y tratamiento profesional puede ser crucial para superar la afección.