El enfoque de la gran persona no enfatiza que los rasgos de los líderes se aprenden. En cambio, enfatiza que los líderes nacen con ciertas cualidades y características innatas que los convierten en líderes eficaces. Se cree que estos rasgos son inherentes al individuo y no algo que pueda enseñarse o desarrollarse a través de la experiencia o la capacitación.