Tanto la ayuda física como la psicológica son cruciales durante una situación de emergencia y su importancia relativa puede variar según las circunstancias específicas. En general, se debe dar prioridad a la ayuda física inmediata, ya que a menudo puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Esto incluye acciones como controlar el sangrado, administrar RCP o evacuar a un lugar seguro. Sin embargo, como el estrés psicológico y el trauma son experiencias comunes durante las emergencias, brindar ayuda psicológica también es de gran importancia. Puede respaldar en gran medida la recuperación general, aumentar la resiliencia, reducir las posibilidades de problemas psicológicos a largo plazo y facilitar una mejor colaboración y resolución de problemas entre las personas afectadas por la crisis. Como tal, si bien es vital abordar los riesgos físicos iniciales con prontitud, ofrecer apoyo y atención psicológica adecuados debe acompañar a las intervenciones de emergencia física para lograr una respuesta de emergencia mejor y más completa y el bienestar a largo plazo de los involucrados.