Sí, beber gasolina puede ser mortal. La gasolina es un líquido altamente inflamable que puede causar daños graves al sistema respiratorio, al sistema digestivo y al sistema nervioso central. También puede provocar insuficiencia cardíaca y paro respiratorio. Los síntomas de intoxicación por gasolina pueden incluir tos, asfixia, náuseas, vómitos, diarrea, mareos, somnolencia, confusión y convulsiones. Los vapores de gasolina también pueden ser dañinos si se inhalan y pueden causar irritación en la garganta y los pulmones.