Si bien algunos quistes sebáceos pequeños pueden resolverse espontáneamente con el tiempo, la mayoría no desaparece por sí solo. En muchos casos, los quistes sebáceos pueden persistir o incluso aumentar de tamaño si no se tratan. Se recomienda buscar el tratamiento adecuado de un profesional de la salud, como un dermatólogo, para un diagnóstico adecuado y un tratamiento o eliminación eficaz.