Desinfectante de manos y resistencia a los antibióticos
El lavado de manos es quizás la arma más importante para combatir la propagación de infecciones. Si se usa jabón común, jabón antibacterial o desinfectantes para manos a base de alcohol, queda abierto para el debate. La efectividad del producto para limpiar y desinfectar las manos es solo una parte del problema. La posibilidad de que las bacterias se vuelvan resistentes a los antibióticos como resultado del uso de limpiadores antibacterianos es motivo de preocupación.
Resistencia a los antibióticos
Cuando se exponen a antibióticos, las bacterias cambian para reducir o eliminar su susceptibilidad a un antibiótico específico. Al desarrollar resistencia, las bacterias se vuelven más difíciles o incluso imposibles de tratar. Cada vez que las bacterias se exponen a un antibiótico, algunos organismos no se ven afectados y otros mueren. Estas cepas resistentes se multiplican y se vuelven más frecuentes. La sobreexposición o el uso inadecuado de antibióticos promueve la resistencia bacteriana. Los antibióticos solo son eficaces contra las bacterias, no contra los virus.
Desinfectantes de manos
El alcohol es el ingrediente activo de los desinfectantes de manos. El alcohol, generalmente etanol, isopropanol o n-propanol en concentraciones entre 60 y 85 por ciento, desactiva las bacterias y los virus sin usar antibióticos. Estos alcoholes desactivan una amplia gama de agentes microbianos y son más efectivos para matar microbios que los jabones antibacterianos o normales. Además, el alcohol se evapora rápidamente, lo que limita el tiempo en que las bacterias y los virus están expuestos al desinfectante. Las bacterias requieren una exposición prolongada a los antibióticos para desarrollar resistencia. Los desinfectantes para manos no contienen antibióticos. Incluso si los microbios desarrollan resistencia a los alcoholes en los desinfectantes para manos, seguirán siendo susceptibles a los antibióticos.
Evidencia
Los estudios controlados concluyeron que los desinfectantes para manos no contribuyen a la resistencia antibacteriana. En su revisión colectiva, Kampf y sus colegas no encontraron informes de resistencia a los antibióticos relacionados con desinfectantes para manos a base de alcohol. En un estudio anterior, E.C. Cole y sus coautores examinaron si el uso de limpiadores antibacterianos daba como resultado un aumento de la resistencia. Ninguna de las cepas bacterianas probadas demostró resistencia a los antibióticos, ni las cepas desarrollaron resistencia a los limpiadores.
Uso adecuado
Los desinfectantes para manos están diseñados para usarse sin agua y no requieren enjuague. Seleccione un desinfectante con al menos 60 por ciento de alcohol para una máxima efectividad. Use suficiente producto para que sus manos estén completamente humedecidas y frote sus manos rápidamente para secar el desinfectante. Opte por agua y jabón si sus manos están visiblemente sucias.
Lavado de manos efectivo
Lávese las manos con frecuencia para evitar infecciones. Mójese las manos, enjabone bien con jabón y frótese las manos durante al menos 20 segundos. Enjuague bien y cierre el grifo con una toalla de papel o su muñeca para evitar la recontaminación. Siempre lávese las manos antes y después de preparar comida o comer, después de tocar a una persona enferma o lesionada o de limpiar una herida, después de toser o estornudar y después de ir al baño o cambiar un pañal. Recuerde lavarse las manos antes de tocarse la cara o de insertar o quitar las lentes de contacto. Las toallitas prehumedecidas son útiles, pero son menos efectivas que los desinfectantes para manos a base de alcohol o el agua y el jabón.