Lesiones por quemaduras en las manos

Las lesiones por quemaduras pueden dañar significativamente la piel y los tejidos subyacentes. Las quemaduras en las manos pueden ser causadas por calor seco o húmedo, electricidad, radiación, láser o productos químicos. Estas lesiones pueden provocar discapacidad a largo plazo y deformidad de la mano. La gestión adecuada debe comenzar inmediatamente después de la lesión para optimizar su recuperación, incluida la restauración de la función de la mano. Clasificación>

Las heridas con quemaduras se clasifican generalmente como de primer, segundo o tercer grado, según la profundidad del daño. Las quemaduras de primer grado dañan la capa superior de la piel, la epidermis. Existen 2 tipos de quemaduras de segundo grado, superficiales y profundas. El segundo grado superficial, también llamado quemaduras superficiales de espesor parcial, se extiende a través de la epidermis hasta la siguiente capa de la piel, llamada dermis. Las quemaduras profundas de segundo grado se extienden más allá de la dermis.

Las quemaduras de tercer grado se extienden completamente a través de la dermis. Estas lesiones también se conocen como quemaduras de espesor total porque involucran todas las capas de la piel.

Tratamiento

Una mano quemada se limpia primero con agua fría y jabón suave o una gasa empapada en solución salina. Se puede formar tejido quemado y correoso muerto, llamado escara, en la mano y los dedos, causando que la presión se acumule debajo de la piel, lo que potencialmente reduce el flujo de sangre a la mano. Este tejido se debe extirpar o cortar quirúrgicamente para permitir el flujo sanguíneo sin restricciones.

Se aplica una crema antibiótica tópica y la quemadura se cubre con una gasa estéril. Los apósitos generalmente se cambian dos veces al día hasta que la herida se haya curado. Las lesiones extensas por quemaduras en la mano pueden requerir un injerto de piel para cubrir la herida. Se retira una pequeña porción de la capa superficial de la piel de otra parte del cuerpo, a menudo la muñeca, la parte frontal del codo o la parte inferior del abdomen, y se adhiere quirúrgicamente a la mano.

Posicionamiento

Después Una lesión por quemadura, la mano automáticamente trata de descansar en una posición cómoda. Normalmente, el pulgar está metido al lado de la mano y la muñeca se dobla hacia abajo. Los nudillos grandes en la base de los dedos generalmente se doblan hacia atrás y el dedo medio se articula hacia adelante, dando a los dedos una apariencia de garra. Si se permite que la mano permanezca en esta posición, las articulaciones se apretarán a medida que se forme el tejido cicatricial. Si no se trata, esto conduce a una deformidad permanente y al uso limitado de la mano afectada.

Férula coloca la mano en una posición suavemente estirada para ayudar a curar sin deformidad en la articulación. Férulas personalizadas están moldeadas de material termoplástico de baja temperatura. La muñeca se dobla hacia atrás a aproximadamente 30 grados y los nudillos grandes de la mano se doblan hacia adelante a 70 grados. Los dedos se dividen en una posición recta y el pulgar se coloca hacia un lado, lejos de la mano. La férula se usa todo el tiempo, excepto para el cuidado de heridas y el ejercicio. El uso de la férula puede continuar durante varias semanas o meses, dependiendo de la gravedad de la lesión por quemadura.

Rehabilitación

La rehabilitación es una parte integral del manejo de las lesiones por quemadura en la mano. Los terapeutas ocupacionales y físicos prescriben ejercicios de rango de movimiento para mejorar la movilidad y disminuir la rigidez de las articulaciones en la mano mientras se está curando una quemadura. Por lo general, esto comienza cuando la persona está en el hospital y continúa mientras se cura la herida.

Una vez que se cierra la herida, las técnicas de manejo de cicatrices, como los guantes de masaje y compresión, ayudan a aplanar la cicatriz y disminuyen su sensibilidad. Los terapeutas también realizan estiramientos manuales para aumentar la movilidad articular en los dedos. Los ejercicios de fortalecimiento para la mano y los dedos ayudan a mejorar la fuerza de agarre, el control motor fino y la función en las tareas diarias.