Impulsos de calcio y nervios
El calcio, una molécula cargada positivamente, es útil en muchos lugares dentro del cuerpo humano. El papel del calcio dentro del sistema nervioso se extiende desde el inicio de una señal nerviosa hasta la acción que tiene lugar. El calcio señala un impulso a una célula muscular y continúa siendo útil hasta que se completa la contracción.
Anatomía
Las neuronas son las células que componen su sistema nervioso. Estos consisten en un cuerpo que recibe una transmisión nerviosa, así como un axón que señala la transmisión. El axón termina en ramas llamadas perillas sinápticas que inervan la célula a la que viaja el impulso.
Conducción de impulso nervioso
Un impulso nervioso comienza la conducción como impulsos eléctricos, iniciados por el cerebro, que viajan a través del sistema nervioso Células. La electricidad provoca un cambio en la polaridad al abrir los canales para mover los iones positivos de sodio o potasio hacia adentro o hacia afuera. Las moléculas positivas se almacenan en membranas protegidas por canales cerrados. Esto significa que deben estimularse para liberar los iones positivos que ayudan a conducir el impulso nervioso.
Nervio Impulso y Calcio
Es bien sabido que el calcio es otra molécula positiva útil para la conducción de Un impulso nervioso a una fibra muscular. Sin embargo, Clay Armstrong, un neurobiólogo, cree que el calcio puede jugar un papel más importante. Armstrong sospecha que el calcio está a cargo de los canales cerrados que liberan potasio y sodio para facilitar un impulso nervioso. La teoría de Armstrong propone que los iones de calcio son como una puerta a estos canales cerrados. El calcio debe moverse para liberar los iones y el calcio debe volver antes de que el impulso se detenga y se devuelva la homeostasis.
El calcio y las contracciones musculares
Cuando un impulso nervioso llega a una célula muscular, el movimiento del músculo requiere calcio como bien. Sus células musculares almacenan calcio y, tras un impulso nervioso, la célula se inunda de calcio. Para que un músculo esquelético se mueva, dos miofilamentos, actina y miosina, dentro de una fibra muscular deben unirse entre sí para crear una acción de tracción que acorte el músculo. Sin embargo, una molécula conocida como tropomiosina bloquea el sitio de unión y debe moverse para crear una contracción. El calcio se une a la troponina que está unida a la tropomiosina. Al unirse con el calcio, la troponina mueve la tropomiosina, exponiendo el sitio de unión y creando movimiento.
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