Efectos secundarios de No Food
Los efectos secundarios de no comer alimentos, ya sea debido a la falta de acceso a la comida, la inanición autoimpuesta o el trastorno de la alimentación, pueden dañar tanto física como mentalmente. Cuando las personas no ingieren alimentos, sus cuerpos comienzan a descomponer la grasa para usarla como energía. Cuando la grasa se agota, el cuerpo comienza a descomponer otros tejidos vitales, músculos y órganos internos, lo que lleva a serias complicaciones de salud y posiblemente la muerte. La pérdida de grasa corporal
Aquellos que no consumen suficiente comida pueden perder cantidades sustanciales de grasa corporal. Además de la pérdida de peso general, la grasa se pierde en la cara, lo que le da un aspecto hundido. La piel puede volverse seca, inelástica, pálida y fría al tacto. Los huesos pueden sobresalir a través de la piel, y puede producirse una pérdida de tejido muscular y graso (una condición llamada caquexia). Con la pérdida de cantidades extremas de grasa corporal, las mujeres pueden perder su capacidad de menstruar y volverse infértiles. Una condición llamada cetoacidosis también puede desarrollarse como resultado de que el cuerpo quema grasa rápidamente para obtener su energía. Altos niveles de ácido pueden acumularse en la sangre, lo que podría provocar un coma o la muerte.
Desnutrición y deshidratación
Sin alimentos, las personas corren un grave riesgo de desnutrición debido a que no toman proteínas vitales, vitaminas y nutrientes. La deshidratación también puede ocurrir sin la ingesta suficiente de carbohidratos y grasas. Los síntomas de deshidratación incluyen mareos, debilidad y oscurecimiento de la orina. La desnutrición y la deshidratación pueden provocar afecciones graves, a veces fatales, como infecciones respiratorias, ceguera, insuficiencia renal, convulsiones y ataque cardíaco.
Desequilibrios de electrolitos
Cuando los niveles de electrolitos como el sodio, el potasio, el calcio y el magnesio también aumentan Alto o demasiado bajo, los órganos corporales dejan de funcionar como deberían. La persona desnutrida tendrá problemas para mantener dientes, articulaciones y huesos sanos y niveles de azúcar en sangre estables. Los nervios y los impulsos musculares también se verán afectados, y los riñones y el corazón pueden dañarse porque no pueden funcionar normalmente. Algunos pueden experimentar edema o hinchazón, ya que los riñones no pueden eliminar el exceso de sodio del cuerpo.
Deficiencias de vitaminas y minerales
Las deficiencias de vitaminas esenciales y minerales traza pueden hacer que el cuerpo se deteriore de varias maneras . Las personas que no comen pueden comenzar a perder su cabello, y el cabello que retienen puede volverse escaso, seco y quebradizo. Sus uñas también se volverán quebradizas, y su piel se sentirá seca y dura. Algunos pueden desarrollar una afección conocida como lanugo en la cual el vello suave y velludo comienza a crecer en la cara, los brazos y la espalda.
Efectos secundarios mentales y de comportamiento
No ingerir alimentos puede causar problemas con el funcionamiento mental y trastornos en el estado de ánimo y el comportamiento. Se pueden presentar efectos secundarios como insomnio, fatiga, hiperactividad, irritabilidad, apatía y falta de respuesta (estupor). El bajo nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia), otro efecto secundario de no comer, también puede causar deterioro mental.
Problemas de la presión arterial
Algunas veces, como efecto secundario de desequilibrios de electrólitos inducidos por inanición y deficiencias de vitaminas y minerales , pueden ocurrir problemas con la presión arterial. Una persona puede desarrollar presión arterial baja (hipotensión), presión arterial alta (hipertensión) o hipotensión ortostática (caída repentina de la presión arterial al sentarse o estar de pie).
Problemas de azúcar en la sangre
Personas que no comen suficiente comida puede desarrollar problemas serios en la regulación de su azúcar en la sangre causada por desequilibrios hormonales. Pueden volverse hipoglucémicos (bajo nivel de azúcar en la sangre), hiperglucémicos (exceso de azúcar en la sangre) o incluso diabéticos. Estas afecciones pueden provocar problemas con el hígado o los riñones, y problemas circulatorios, neurológicos e inmunológicos.