¿Cómo puede el alcohol dañar tus pulmones?
Función inmune deteriorada:
- El consumo de alcohol puede perjudicar el sistema inmunológico, haciendo que las personas sean más susceptibles a las infecciones. Esto incluye un mayor riesgo de infecciones respiratorias, como neumonía, bronquitis e incluso infecciones graves por COVID-19. Cuando los pulmones ya están comprometidos por una infección, el alcohol puede exacerbar aún más el daño e impedir la curación.
Riesgo de aspiración:
- El alcohol puede afectar la coordinación, los reflejos y el juicio, aumentando el riesgo de aspiración. La aspiración es la inhalación accidental de alimentos, bebidas o saliva hacia los pulmones. Esto puede ocurrir durante los vómitos o la pérdida del conocimiento inducidos por el alcohol. El material aspirado puede causar inflamación, infección y daño pulmonar.
Aumento de la inflamación:
- El alcohol puede contribuir a la inflamación sistémica del cuerpo, incluidos los pulmones. La inflamación crónica puede provocar daños en el tejido pulmonar, cicatrices y deterioro de la función con el tiempo.
Deficiencias nutricionales:
- El alcohol puede interferir con la absorción y utilización de nutrientes esenciales, incluidos aquellos importantes para la salud pulmonar. Las deficiencias de vitaminas A, C y E, así como de antioxidantes, pueden debilitar el sistema respiratorio y aumentar la susceptibilidad a las infecciones.
Daño hepático relacionado con el alcohol (enfermedad hepática alcohólica):
- Si bien no afecta directamente a los pulmones, la enfermedad hepática alcohólica grave puede provocar una afección llamada encefalopatía hepática. Esta afección afecta la función cerebral y puede causar confusión, desorientación y disminución del reflejo de la tos. La alteración del reflejo de la tos puede provocar aspiración e infecciones pulmonares.
Mayor riesgo de enfermedades pulmonares:
- El consumo crónico de alcohol se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar determinadas afecciones pulmonares. Estos incluyen la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el enfisema e incluso el cáncer de pulmón. El riesgo aumenta con la cantidad y duración del consumo de alcohol.
Deshidratación y producción de moco:
- El alcohol puede provocar deshidratación, que afecta al sistema respiratorio provocando sequedad en las vías respiratorias. La sequedad puede irritar los pulmones y las vías respiratorias, haciéndolos más susceptibles a daños e infecciones. Además, el alcohol puede espesar la producción de moco, provocando congestión y dificultad para respirar.
Exacerbación de afecciones pulmonares subyacentes:
- El consumo de alcohol puede empeorar afecciones pulmonares existentes, como asma, alergias o bronquitis crónica. Puede desencadenar episodios o aumentar la gravedad de los síntomas en personas con estas afecciones.
Es esencial recordar que el alcance del daño pulmonar causado por el alcohol varía según factores individuales, la cantidad y el patrón de consumo de alcohol y la duración del consumo de alcohol.