Sí, Vincent van Gogh era adicto a los inhalantes, especialmente al ajenjo. La absenta es un aguardiente de alto contenido alcohólico aromatizado con anís y otras hierbas. Van Gogh comenzó a beber absenta en la década de 1880 y rápidamente se convirtió en una parte importante de su vida. A menudo bebía grandes cantidades de absenta y se cree que esto contribuyó a sus problemas de salud mental y a su eventual suicidio.