¿Qué causa que los átomos de hidrógeno se alineen durante una resonancia magnética?

Durante una resonancia magnética, los átomos de hidrógeno del cuerpo se alinean mediante un fuerte campo magnético. Esta alineación se produce porque los átomos de hidrógeno tienen un momento magnético debido al giro de sus protones. Cuando se colocan en un campo magnético, estos momentos magnéticos tienden a alinearse con el campo, de manera similar a como la aguja de una brújula se alinea con el campo magnético de la Tierra.

El proceso de alinear los átomos de hidrógeno en una resonancia magnética se llama magnetización. Se logra aplicando un campo magnético fuerte y uniforme, generalmente generado por un imán superconductor. La fuerza de este campo magnético se mide en teslas (T). Una mayor intensidad del campo magnético da como resultado una mejor alineación de los átomos de hidrógeno y, en consecuencia, imágenes de resonancia magnética de mayor calidad.

Una vez que los átomos de hidrógeno están alineados, se pueden manipular mediante pulsos de radiofrecuencia (RF) para producir las señales necesarias para la resonancia magnética. Estos pulsos de RF interrumpen brevemente la alineación de los átomos de hidrógeno, provocando que "volteen" o cambien su orientación de giro. Cuando se apagan los pulsos de RF, los átomos de hidrógeno se realinean con el campo magnético, liberando energía en forma de ondas de radio. Estas ondas de radio son detectadas por el escáner de resonancia magnética y utilizadas para crear imágenes.

Al controlar con precisión la sincronización y la intensidad del campo magnético y los pulsos de RF, la resonancia magnética puede excitar y detectar selectivamente las señales de los átomos de hidrógeno en diferentes partes del cuerpo. Luego, esta información se utiliza para generar imágenes transversales detalladas que brindan información valiosa sobre anatomía y fisiología, lo que ayuda en el diagnóstico y seguimiento de diversas afecciones médicas.