¿Qué es una biopsia central con aguja fina?
Durante una biopsia central con aguja fina, se utiliza una aguja delgada y hueca unida a una jeringa para extraer un pequeño núcleo cilíndrico de tejido del área sospechosa o anormal. La aguja se guía hacia el tejido objetivo mediante técnicas de imágenes en tiempo real, como ultrasonido o tomografía computarizada (TC), para garantizar la precisión y evitar dañar estructuras críticas. Luego, el núcleo de tejido extraído se coloca en un portaobjetos de vidrio y se tiñe para que un patólogo lo examine bajo el microscopio.
El patólogo analiza las características y estructuras microscópicas del tejido para identificar células anormales o cancerosas. La evaluación de la muestra de tejido ayuda a determinar la presencia o ausencia de cáncer, su tipo y estadio. Esta información juega un papel crucial a la hora de guiar pruebas de diagnóstico adicionales y decisiones de tratamiento, incluida la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia, si es necesario.
En comparación con las biopsias quirúrgicas convencionales que requieren una incisión más grande y la extracción de una muestra de tejido, las biopsias con aguja fina son mínimamente invasivas y causan mínimas molestias al paciente. También se asocian con un menor riesgo de complicaciones, como sangrado o infección. Sin embargo, la precisión del procedimiento depende de la habilidad del profesional sanitario que lo realiza y del tamaño y ubicación del tejido objetivo.