Cuando un osteoblasto queda rodeado por material extracelular calcificado, se diferencia en un osteocito y queda atrapado dentro de la matriz ósea. Los osteocitos mantienen la homeostasis ósea regulando el intercambio de nutrientes y productos de desecho entre el tejido óseo y los vasos sanguíneos circundantes. Forman una red interconectada de células que detectan tensiones mecánicas y regulan la remodelación ósea, el proceso de descomponer el tejido óseo viejo y reemplazarlo con hueso nuevo. Además, los osteocitos secretan factores que controlan la actividad de los osteoblastos y los osteoclastos, las células responsables de la formación y resorción ósea, respectivamente. Coordinan y mantienen la integridad general y la fuerza del hueso.