¿En qué se centra la dietoterapia para pacientes con TDAH?

La terapia dietética para personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) a menudo gira en torno a una combinación de estrategias destinadas a mejorar la nutrición general, controlar los síntomas y abordar las deficiencias nutricionales. Si bien no existe una dieta única para todos, ciertos enfoques se han mostrado prometedores para ayudar a las personas con TDAH. Estas son algunas áreas clave de enfoque:

1. Eliminación o reducción de alérgenos y sensibilidades:

- Ciertos alimentos, aditivos y conservantes pueden exacerbar los síntomas del TDAH en algunas personas. Identificar y evitar estos alérgenos o sensibilidades puede resultar beneficioso. Los desencadenantes comunes incluyen colorantes y sabores artificiales, ciertos aditivos alimentarios, lácteos, gluten y grupos de alimentos específicos.

2. Ácidos grasos omega-3:

- Los ácidos grasos omega-3, en particular el ácido docosahexaenoico (DHA), son esenciales para la salud y el desarrollo del cerebro. La ingesta adecuada de DHA se ha relacionado con una mejor atención, rendimiento cognitivo y comportamiento en niños con TDAH. Los alimentos ricos en omega-3 incluyen pescado graso (por ejemplo, salmón, caballa, sardinas), semillas de lino, semillas de chía y nueces.

3. Limitar los azúcares añadidos y los alimentos procesados:

- El consumo excesivo de azúcares añadidos y alimentos procesados ​​puede afectar negativamente el estado de ánimo y el comportamiento de las personas con TDAH. Las dietas ricas en azúcar e ingredientes procesados ​​pueden provocar fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre y contribuir a la hiperactividad y la impulsividad. Se recomienda limitar estos alimentos y optar por opciones integrales y sin procesar.

4. Comidas equilibradas y snacks:

- Comer comidas regulares y equilibradas y refrigerios saludables a lo largo del día puede ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre y favorecer la atención y la concentración. Intente consumir una variedad de alimentos que incluyan carbohidratos complejos, proteínas magras, grasas saludables, frutas y verduras.

5. Ingesta de proteínas y aminoácidos:

- La ingesta suficiente de proteínas es crucial para mantener los niveles de energía y reducir los picos de azúcar en sangre. Ciertos aminoácidos, como la tirosina y la fenilalanina, se han estudiado por su papel potencial en la mejora de la atención y el comportamiento. Los alimentos ricos en estos aminoácidos incluyen carnes magras, aves, pescado, huevos, productos lácteos, frijoles, lentejas, nueces y semillas.

6. Salud intestinal y probióticos:

- La conexión intestino-cerebro juega un papel en el TDAH. Apoyar un microbioma intestinal saludable a través de una dieta equilibrada y la incorporación de alimentos ricos en probióticos (como yogur, kéfir y alimentos fermentados) puede tener un impacto positivo en los síntomas del TDAH.

7. Suplementos de vitaminas y minerales:

- Algunas personas con TDAH pueden tener deficiencias nutricionales, como niveles bajos de hierro, zinc, magnesio o vitaminas B6, B12 y D. Abordar estas deficiencias a través de la dieta o la suplementación puede mejorar los síntomas del TDAH.

8. Hidratación:

- Una hidratación adecuada es esencial para la salud general y puede afectar la atención y el rendimiento cognitivo. Es importante fomentar una ingesta adecuada de agua a lo largo del día.

9. Evitar la cafeína y los estimulantes:

- Si bien la cafeína puede mejorar el estado de alerta y la concentración en algunas personas, el consumo excesivo puede empeorar los síntomas del TDAH. Generalmente se recomienda limitar o evitar la cafeína y otros estimulantes (como las bebidas energéticas).

La terapia dietética para el TDAH debe adaptarse a las necesidades, preferencias y posibles sensibilidades alimentarias individuales. Es recomendable consultar a un dietista registrado o un proveedor de atención médica familiarizado con la nutrición del TDAH antes de realizar cambios significativos en la dieta.