¿Qué ejercicios están bien para alguien con Alzheimer?

El ejercicio regular puede proporcionar numerosos beneficios a las personas con la enfermedad de Alzheimer. Aquí hay algunas pautas generales sobre los ejercicios apropiados:

EJERCICIOS AERÓBICOS :Apunte a actividades de intensidad baja a moderada que eleven el ritmo cardíaco y promuevan la salud cardiovascular. Los ejemplos incluyen caminar, nadar, andar en bicicleta estática y bailar lento.

ENTRENAMIENTO DE FUERZA :Realice levantamiento de pesas ligeras o entrenamiento de resistencia para mantener o mejorar la fuerza muscular. Utilice pesas manejables y concéntrese en los grupos de músculos principales, como piernas, brazos, espalda y core.

EJERCICIOS DE EQUILIBRIO :El entrenamiento del equilibrio puede ayudar a reducir el riesgo de caídas y mejorar la coordinación. Actividades como caminar del talón a los pies, pararse sobre una pierna y el Tai Chi son beneficiosas.

EJERCICIOS DE FLEXIBILIDAD :Los ejercicios de estiramiento pueden mejorar la flexibilidad, reducir la rigidez y mejorar el rango de movimiento. Son adecuados el yoga suave, las bandas elásticas o los estiramientos sentado.

EJERCICIOS DE BAJO IMPACTO :Son importantes las actividades que minimicen el impacto en las articulaciones. Evite los deportes de alto impacto como correr o saltar.

EJERCICIOS EN GRUPO :La interacción social puede ser beneficiosa para la función cognitiva. Considere unirse a clases de ejercicios grupales o actividades que promuevan la socialización.

CALENTAMIENTO Y ENFRIAMIENTO :Comience siempre con un calentamiento y termine con un enfriamiento para prevenir lesiones y reducir el dolor muscular.

MONITORIZAR LA TOLERANCIA AL EJERCICIO :Comience lentamente y aumente gradualmente la intensidad y la duración con el tiempo. Escuche a su cuerpo y deténgase si siente algún dolor o malestar.

PRECAUCIONES DE SEGURIDAD :Si su ser querido tiene un deterioro cognitivo importante, puede ser recomendable hacer ejercicio con supervisión o asistencia para garantizar su seguridad.

Es esencial consultar con un profesional de la salud o un fisioterapeuta que se especialice en trabajar con personas con Alzheimer para desarrollar un plan de ejercicio seguro y apropiado adaptado a la condición y habilidades específicas de su ser querido. Pueden proporcionar orientación experta y garantizar que los ejercicios sean adecuados y beneficiosos.