¿Qué les sucede a los pulmones durante la pleuresía?
Durante la pleuresía, las membranas pleurales que recubren los pulmones y la pared torácica interna se inflaman e irritan. Esta inflamación provoca la acumulación de líquido en el espacio pleural, que es el área entre los pulmones y la pared torácica. Este líquido puede hacer que los pulmones se compriman, restringiendo su capacidad de expandirse y contraerse. Como resultado, la respiración puede volverse difícil y dolorosa.
La inflamación asociada con la pleuresía también puede causar engrosamiento y cicatrización de las membranas pleurales. Esto puede provocar problemas a largo plazo con la función pulmonar, como capacidad pulmonar reducida y dificultad para respirar.
En casos graves, la pleuresía puede provocar una afección llamada empiema, en la que el líquido pleural se infecta. Esta puede ser una afección grave y puede requerir hospitalización y tratamiento con antibióticos.