¿Cómo se controla castigar o frenar las rabietas en una chica autista de 16 años?

Las rabietas son un desafío común para las personas en el espectro del autismo y manejarlas de manera efectiva puede ser difícil tanto para el individuo como para sus cuidadores. A continuación se muestran algunas estrategias para ayudar a controlar y detener las rabietas en una chica autista de 16 años:

Prevención de rabietas:

1. Identificar desencadenantes :Trate de identificar qué desencadena las rabietas en su hija y evite o controle esos desencadenantes tanto como sea posible. Los desencadenantes comunes podrían ser la sobrecarga sensorial, los cambios de rutina, la ansiedad o la frustración.

2. Establezca expectativas claras :Asegúrese de que su hija comprenda lo que se espera de ella en diversas situaciones. Proporcione instrucciones claras, evite el uso de lenguaje abstracto o figurado y utilice ayudas visuales si es necesario.

3. Historias sociales :Crear historias sociales que expliquen comportamientos y respuestas apropiadas ante diferentes situaciones. Estos pueden ayudarla a comprender qué se espera de ella y cómo manejar sus emociones de manera positiva.

4. Horarios visuales :Utilice horarios visuales para ayudarla a comprender qué esperar durante el día y prepararse para las transiciones. Esto puede ayudar a reducir la ansiedad y prevenir las rabietas causadas por eventos inesperados.

Durante una rabieta:

1. Mantenga la calma :Es importante mantener la calma y la compostura durante una rabieta. Tus reacciones pueden influir en la intensidad y duración de la rabieta.

2. Proporcione un entorno seguro :Asegúrate de que tu hija esté en un espacio seguro, alejada de objetos o situaciones que puedan causarle daño.

3. Evite el refuerzo :No cedas a las exigencias de tu hija durante una rabieta. Esto puede reforzar el comportamiento y aumentar la probabilidad de futuras rabietas.

4. Espera :Deje que la rabieta siga su curso sin prestarle atención a su hija. Esto puede ayudarla a aprender que las rabietas no le darán lo que quiere.

5. Redirigir si es posible :Si la rabieta se debe a un desencadenante específico, trate de redirigir su atención a una actividad más positiva o relajante.

Después de la rabieta:

1. Discutir el comportamiento :Una vez que termine la rabieta, habla con tu hija sobre lo sucedido. Ayúdela a comprender por qué tuvo una rabieta y qué podría hacer diferente la próxima vez.

2. Enseñar mecanismos de afrontamiento :Trabaje con su hija para desarrollar mecanismos de afrontamiento que pueda utilizar para controlar sus emociones y evitar futuras rabietas. Estos podrían incluir ejercicios de respiración profunda, técnicas para calmarse o tomar descansos.

3. Proporcione refuerzo positivo :Cuando su hija logre controlar sus emociones o expresar adecuadamente sus necesidades, felicítela y anímela. Esto puede reforzar comportamientos positivos.

4. Busque ayuda profesional :Si las rabietas son frecuentes y graves, considere buscar el consejo de un profesional de salud mental que se especialice en autismo. Pueden proporcionar estrategias adaptadas a las necesidades específicas de su hija.

Es importante abordar el manejo de las rabietas con paciencia, comprensión y coherencia. Cada individuo es único, por lo que lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Esté dispuesto a ajustar sus estrategias en función de las respuestas y el progreso de su hija.