¿Qué evidencias demuestran que los huesos están vivos?
1. Células óseas: Los huesos están compuestos de células vivas, incluidos osteoblastos, osteocitos y osteoclastos. Los osteoblastos son responsables de la formación de tejido óseo nuevo, los osteocitos mantienen la matriz ósea y los osteoclastos descomponen y remodelan el tejido óseo.
2. Crecimiento y remodelación ósea: Los huesos crecen y se remodelan a lo largo de la vida. En los niños, se agrega tejido óseo nuevo a los extremos de los huesos largos, lo que les permite crecer en longitud. En los adultos, la remodelación ósea se produce de forma continua, descomponiéndose el tejido óseo viejo y reemplazándolo por tejido óseo nuevo. Este proceso ayuda a mantener la fuerza y la integridad del esqueleto.
3. Curación de fracturas: Cuando se fractura un hueso, el cuerpo inicia un proceso de curación que implica la formación de tejido óseo nuevo. Este proceso es una compleja cascada de eventos celulares que resulta en la formación de un callo, una masa de tejido óseo nuevo que sirve de puente entre los extremos del hueso fracturado.
4. Suministro de sangre: Los huesos están provistos de abundantes vasos sanguíneos que proporcionan oxígeno y nutrientes a las células óseas. El suministro de sangre también ayuda a eliminar los productos de desecho del tejido óseo.
5. Inervación: Los huesos también están inervados por nervios, que proporcionan retroalimentación sensorial al cerebro. Esto permite que el cuerpo sienta el dolor y otras sensaciones de los huesos, como cambios de presión o temperatura.
6. Metabolismo: Los huesos son metabólicamente activos, lo que significa que participan en una variedad de procesos metabólicos. Por ejemplo, los huesos almacenan calcio y fósforo y también liberan estos minerales al torrente sanguíneo según sea necesario.
Estas evidencias demuestran colectivamente que los huesos no son simplemente estructuras inertes, sino tejidos vivos que desempeñan un papel activo en la función general y la homeostasis del cuerpo.