¿Qué respuesta a estímulos se produce en el sistema circulatorio?

El sistema circulatorio exhibe varios mecanismos de estímulo-respuesta para mantener el flujo sanguíneo y la homeostasis. A continuación se muestran algunos ejemplos:

Reflejo barorreceptor: Este reflejo regula la presión arterial. Cuando la presión arterial aumenta, unas células especializadas llamadas barorreceptores en el seno carotídeo y el arco aórtico detectan el cambio y envían señales al cerebro. Luego, el cerebro desencadena respuestas como vasodilatación (ensanchamiento de los vasos sanguíneos) y disminución de la frecuencia cardíaca para reducir la presión arterial. Por el contrario, cuando la presión arterial baja, los barorreceptores le indican al cerebro que aumente la frecuencia cardíaca y contraiga los vasos sanguíneos, lo que eleva la presión arterial.

Reflejo quimiorreceptor: Los quimiorreceptores de los cuerpos carotídeos y aórticos controlan los niveles de gases en sangre, principalmente oxígeno y dióxido de carbono. Si los niveles de oxígeno en sangre disminuyen o los niveles de dióxido de carbono aumentan, estos quimiorreceptores envían señales al cerebro estimulando un aumento en la frecuencia y profundidad de la respiración para restaurar los niveles normales de gas.

Termorregulación: El sistema circulatorio ayuda a mantener la temperatura corporal. Cuando la temperatura corporal aumenta, como durante el ejercicio, los vasos sanguíneos cerca de la piel se dilatan, lo que permite que fluya más sangre hacia la superficie de la piel, donde se puede disipar el calor. Por el contrario, en condiciones de frío, los vasos sanguíneos se contraen para reducir la pérdida de calor y conservar el calor corporal.

Osmorregulación: El sistema circulatorio participa en la regulación del equilibrio de líquidos del cuerpo. Los cambios en la osmolaridad de la sangre (concentración de solutos) son detectados por osmorreceptores en el cerebro, lo que desencadena respuestas apropiadas. Por ejemplo, el aumento de la osmolaridad de la sangre estimula la sed y la liberación de la hormona antidiurética (ADH), que promueve la retención de agua por los riñones, lo que ayuda a restablecer el equilibrio normal de líquidos.

Respuesta a la inflamación y a las lesiones: En respuesta a una lesión o inflamación del tejido, el sistema circulatorio desempeña un papel crucial. Los vasos sanguíneos se dilatan, aumentando el flujo sanguíneo al área afectada, entregando células inmunes, nutrientes y oxígeno esenciales para la curación y reparación.

Digestión y absorción: Después de una comida, el tracto gastrointestinal absorbe nutrientes al torrente sanguíneo. Esto conduce a un aumento de los niveles de glucosa en sangre, lo que desencadena la liberación de insulina del páncreas. La insulina promueve la absorción de glucosa de la sangre hacia las células para el metabolismo energético, regulando los niveles de azúcar en sangre.