¿Qué desencadena la respuesta isquémica del sistema nervioso central?

Respuesta isquémica del sistema nervioso central (SNC) Se desencadena por una reducción en el flujo sanguíneo al cerebro, lo que conduce a una disminución en el suministro de oxígeno y glucosa a las células cerebrales. Esto puede ocurrir debido a una variedad de factores, que incluyen:

1. Oclusiones arteriales: La obstrucción de una arteria que suministra sangre al cerebro, como en un derrame cerebral, puede provocar isquemia.

2. Gasto cardíaco reducido: Las afecciones que reducen la capacidad del corazón para bombear sangre, como la insuficiencia cardíaca o las arritmias, pueden provocar un flujo sanguíneo insuficiente al cerebro.

3. Vasoespasmo: El estrechamiento de las arterias cerebrales debido a espasmos puede restringir el suministro de sangre.

4. Aumento de la presión intracraneal: La presión elevada dentro del cráneo puede comprimir el tejido cerebral y los vasos sanguíneos, provocando isquemia.

5. Anemia: Los niveles bajos de glóbulos rojos o hemoglobina pueden reducir el suministro de oxígeno al cerebro.

6. Hipoglucemia: Los niveles anormalmente bajos de azúcar en sangre pueden limitar el suministro de energía del cerebro.

7. Sustancias tóxicas y drogas: Ciertos medicamentos y toxinas, como el monóxido de carbono, pueden interferir con el suministro de oxígeno o el metabolismo.

8. Deshidratación: La deshidratación grave puede reducir el volumen sanguíneo y afectar la circulación cerebral.

9. Hipotensión: La presión arterial baja puede provocar un flujo sanguíneo inadecuado al cerebro.

10. Síndromes de hiperviscosidad: Las condiciones que aumentan la viscosidad de la sangre, como la policitemia vera, pueden afectar el flujo sanguíneo a los vasos pequeños del cerebro.

La respuesta isquémica del SNC se inicia cuando estos factores causan una disminución en el flujo sanguíneo cerebral, lo que lleva a una cascada de eventos destinados a restaurar el suministro de oxígeno y nutrientes al cerebro. Esta respuesta implica múltiples mecanismos fisiológicos, que incluyen vasodilatación, aumento del flujo sanguíneo, cambios metabólicos y adaptación neuronal.