La duración de la influenza felina puede variar según la gravedad de la infección y el sistema inmunológico de cada gato. Los casos leves pueden durar sólo unos pocos días a una semana, mientras que los casos más graves pueden durar varias semanas. En algunos casos, los gatos pueden desarrollar problemas respiratorios crónicos que pueden durar meses o incluso años. Es importante llevar a su gato al veterinario si muestra algún signo de influenza felina para que pueda ser diagnosticado y tratado adecuadamente.