¿Qué sucede cuando el sistema respiratorio y el digestivo se encuentran?
Durante la respiración, el aire pasa a través de la cavidad nasal o la cavidad bucal y desciende por la faringe. Al mismo tiempo, durante la deglución, la comida ingresa a la cavidad bucal y la lengua la impulsa hacia atrás, hacia la faringe.
En la unión de la faringe, hay un pequeño colgajo de tejido llamado epiglotis. Durante la deglución, la epiglotis se mueve para cubrir la abertura de la laringe, impidiendo que los alimentos entren al tracto respiratorio. Esto asegura que los alimentos se dirijan al esófago y no obstruyan las vías respiratorias. De forma refleja, la respiración se detiene temporalmente durante la deglución para facilitar un camino seguro para que los alimentos ingresen al sistema digestivo.
Una vez que se completa la deglución, la epiglotis vuelve a su posición de reposo, permitiendo que el aire fluya libremente hacia la laringe y los pulmones.
La coordinación adecuada entre los sistemas respiratorio y digestivo es crucial para prevenir la aspiración, que es la entrada accidental de alimentos, líquidos o saliva al tracto respiratorio. Esta coordinación se logra mediante una compleja interacción de músculos, nervios y receptores sensoriales en la faringe y las estructuras circundantes.