La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda que los niños beban leche entera hasta los 2 años y luego pasen a leche descremada o al 1%. La leche entera proporciona la grasa y las calorías necesarias que necesitan los niños pequeños en crecimiento. No se recomienda la leche en polvo, ya que no está fortificada con los mismos nutrientes que la leche entera y puede ser más difícil de digerir para los niños pequeños.