¿Cómo afecta la enfermedad a las personas intelectualmente?
Además de causar daño directo al cerebro, la enfermedad también puede afectar indirectamente el funcionamiento intelectual a través de diversos mecanismos. Por ejemplo, el dolor crónico o la falta de sueño pueden provocar problemas de concentración y memoria. Las deficiencias nutricionales y los desequilibrios hormonales también pueden contribuir a las dificultades cognitivas. En algunos casos, la angustia psicológica de afrontar una enfermedad grave puede provocar depresión y ansiedad, lo que puede interferir aún más con el rendimiento cognitivo.
Las consecuencias del deterioro intelectual pueden ser significativas y pueden incluir cambios en la personalidad, dificultades de socialización y empleo y reducción de la independencia. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado a menudo pueden ayudar a frenar la progresión del deterioro cognitivo y reducir su impacto en la vida del individuo.