Si hay evidencia de líquido claro proveniente de la nariz o los oídos, no se debe usar una vía aérea nasofaríngea porque podría provocar que el líquido ingrese al oído medio o los senos paranasales, causando más daño y posibles complicaciones como infecciones como otitis media o sinusitis. El líquido claro puede indicar una fuga de líquido cefalorraquídeo, lo que requiere atención de emergencia y evaluación adicional para diagnosticar con precisión y manejar adecuadamente la causa de la fuga.