El tipo de sangre por sí solo no puede determinar definitivamente la paternidad. Si bien el tipo de sangre puede excluir a padres potenciales, no puede identificar positivamente a un padre. Existen varios tipos de sangre, cada uno con diferentes antígenos presentes en los glóbulos rojos. Un niño hereda un tipo de sangre de cada padre, por lo que si el tipo de sangre de un padre potencial no es compatible con el del niño, puede ser excluido como padre. Sin embargo, si el tipo de sangre de un padre potencial es compatible con el del niño, no significa necesariamente que él sea el padre, ya que otros hombres con el mismo tipo de sangre también podrían ser padres potenciales.
Las pruebas de paternidad implican el análisis del ADN, generalmente mediante pruebas genéticas, para determinar el padre biológico de un niño. Las pruebas de ADN comparan el ADN del niño, la madre y el presunto padre para determinar si el presunto padre es el padre biológico. Las pruebas de ADN son muy precisas para determinar la paternidad y pueden proporcionar resultados concluyentes en la mayoría de los casos.