El sangrado de implantación, que ocurre cuando un óvulo fertilizado se implanta en el revestimiento del útero, generalmente ocurre entre 6 y 12 días después de la ovulación. Puede causar sangrado leve o manchado, que puede ir acompañado de calambres leves, dolores de cabeza y náuseas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos síntomas también pueden estar asociados con otras afecciones, como el síndrome premenstrual (SPM) o el embarazo temprano. Si experimenta estos síntomas y no está seguro de la causa, lo mejor es consultar con un profesional de la salud para una evaluación y diagnóstico adecuados.