¿Es mejor el calor o el frío para el daño a los nervios?
Para algunas lesiones agudas de tejidos blandos, como una distensión muscular, la terapia de frío funciona mejor porque ayuda a reducir la inflamación y el dolor. Después de 48 a 72 horas (una vez que se controla la inflamación y la hinchazón significativas), la terapia de calor suele funcionar mejor porque aumenta la circulación y ayuda a relajar los músculos.
Para los trastornos de dolor crónico, como la ciática, la terapia de calor también suele ser útil porque puede ayudar a mejorar el flujo sanguíneo y reducir los espasmos musculares.
Algunos tipos de daño a los nervios pueden ser causados por una compresión constrictiva crónica, como el síndrome del túnel carpiano. Para este tipo de daño a los nervios, la terapia con frío es más apropiada porque el calor puede aumentar la hinchazón alrededor de los nervios comprimidos, lo que empeora los síntomas.
Hay algunos casos en los que la terapia con calor y frío puede ser útil, por ejemplo, cuando el daño nervioso tiene características tanto inflamatorias (agudas) como no inflamatorias (crónicas). En tales casos, puede ser mejor realizar una terapia de frío para la fase aguda o inflamatoria de la lesión, seguida de una terapia de calor una vez que la inflamación y la hinchazón estén bajo control.
Nunca se debe aplicar calor a una herida abierta de neuropatía, ya que puede ser perjudicial para los tejidos en curación.