Los hemangiomas pueden ocurrir en órganos internos, pero son mucho menos comunes que los hemangiomas cutáneos (piel). Pueden afectar el hígado, el bazo, los pulmones, el cerebro y otros órganos. Los hemangiomas internos pueden provocar manifestaciones clínicas graves según su ubicación y tamaño. Pueden causar deterioro funcional, sangrado, trombosis, compresión de estructuras adyacentes y otros síntomas según la ubicación y el tamaño de la lesión.