¿La presión arterial afecta el sistema respiratorio?
1. Hipertensión (presión arterial alta):La presión arterial alta crónica puede ejercer presión sobre el corazón y debilitar su capacidad de bombeo. Esto puede provocar una afección conocida como insuficiencia cardíaca, en la que el corazón no puede bombear sangre de manera eficaz. La insuficiencia cardíaca puede provocar una acumulación de líquido en los pulmones, una afección llamada edema pulmonar. El líquido en los pulmones puede dificultar la respiración y provocar dificultad para respirar, sibilancias y tos.
2. Hipotensión (presión arterial baja):en casos graves de presión arterial baja, como la hipotensión, es posible que el cuerpo no tenga suficiente flujo sanguíneo a los órganos vitales, incluidos los pulmones. Esto puede provocar una disminución en el suministro de oxígeno a los pulmones y causar aturdimiento, mareos y dificultad para respirar.
3. Medicamentos para la presión arterial:Ciertos medicamentos utilizados para tratar la presión arterial alta, como los betabloqueantes y los diuréticos, pueden tener efectos secundarios que afectan el sistema respiratorio. Algunas personas que toman betabloqueantes pueden experimentar síntomas similares al asma, como sibilancias y dificultad para respirar. Los diuréticos pueden causar deshidratación, lo que puede provocar sequedad en las vías respiratorias y dificultar la respiración.
4. Hipertensión y afecciones respiratorias:La hipertensión es un factor de riesgo conocido para desarrollar ciertas afecciones respiratorias, incluida la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la apnea del sueño. La EPOC es un grupo de enfermedades pulmonares que incluye bronquitis crónica y enfisema, y puede empeorar con la presión arterial alta. La apnea del sueño es una afección en la que una persona experimenta pausas en la respiración durante el sueño y se ha asociado con la hipertensión.
5. Hipertensión pulmonar:esta es una afección separada de la presión arterial alta. Se refiere a la presión arterial alta en las arterias de los pulmones. Puede causar dificultad para respirar, fatiga, dolor en el pecho y, en casos graves, provocar insuficiencia cardíaca derecha.