Una fiebre corporal de 40 grados centígrados se considera bastante alta y puede ser potencialmente peligrosa. Puede provocar deshidratación, desequilibrio electrolítico y causar daños al cerebro, el corazón y los riñones. Es importante buscar atención médica si su temperatura corporal alcanza este nivel. Es posible que se requiera un tratamiento inmediato, como bajar la temperatura corporal con compresas frías, tomar paracetamol o ibuprofeno para reducir la fiebre, beber muchos líquidos y garantizar un descanso adecuado.