¿Qué enfermedades se tratan con anticuerpos monoclonales?
Cánceres: Los anticuerpos monoclonales se utilizan para tratar diversos cánceres, incluido el linfoma no Hodgkin, la leucemia, el cáncer colorrectal, el cáncer de mama y el cáncer de pulmón. Actúan dirigiéndose a proteínas específicas en la superficie de las células cancerosas y bloqueando su crecimiento o activando el sistema inmunológico para atacarlas.
Enfermedades inflamatorias: Los anticuerpos monoclonales se utilizan para tratar enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la psoriasis. Actúan dirigiéndose a proteínas específicas involucradas en el proceso inflamatorio y bloqueando su actividad, reduciendo así la inflamación y los síntomas de la enfermedad.
Enfermedades autoinmunes: Los anticuerpos monoclonales se utilizan para tratar enfermedades autoinmunes en las que el sistema inmunológico ataca por error los propios tejidos del cuerpo. Los ejemplos incluyen esclerosis múltiple, psoriasis y trombocitopenia inmune. Los anticuerpos monoclonales actúan atacando y neutralizando células o moléculas inmunes específicas involucradas en el proceso de la enfermedad.
Infecciones: Los anticuerpos monoclonales se utilizan para prevenir o tratar determinadas infecciones virales y bacterianas. Por ejemplo, se utilizan para prevenir la infección por citomegalovirus (CMV) en pacientes trasplantados y para tratar casos graves de COVID-19. Los anticuerpos monoclonales actúan neutralizando el patógeno, impidiendo que infecte las células o bloqueando su replicación.
Es importante tener en cuenta que el anticuerpo monoclonal específico que se utiliza para el tratamiento depende de la enfermedad a la que se dirige. Los anticuerpos monoclonales se desarrollan y estudian continuamente para su uso en el tratamiento de una variedad de enfermedades y afecciones.