¿Puede una persona ser inmune a la toxoplasmosis?

Sí, una persona puede ser inmune a la toxoplasmosis. La inmunidad a la toxoplasmosis se adquiere después de una infección inicial con el parásito Toxoplasma gondii. Una vez que una persona ha sido infectada con T. gondii, su sistema inmunológico desarrolla anticuerpos que reconocen y atacan al parásito, previniendo futuras infecciones. Este tipo de inmunidad se conoce como inmunidad adquirida y es duradera, brindando protección contra la reinfección.

En la mayoría de los casos, la infección inicial por T. gondii es asintomática o causa síntomas leves parecidos a los de la gripe que pueden pasar desapercibidos. Después de la infección primaria, el parásito forma quistes tisulares en varios órganos, incluidos el cerebro, los músculos y los ojos, donde puede permanecer inactivo por el resto de la vida de la persona. La presencia de estos quistes tisulares no suele causar síntomas ni daños al individuo, pero pueden reactivarse en determinadas situaciones, como durante el embarazo o en personas con sistemas inmunitarios debilitados, lo que provoca toxoplasmosis.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que, si bien la mayoría de las personas desarrollan inmunidad después de una infección inicial, algunas personas pueden tener un sistema inmunológico debilitado o comprometido que los hace más susceptibles a la reactivación del parásito y al posterior desarrollo de toxoplasmosis. Por lo tanto, sigue siendo esencial que las personas con sistemas inmunitarios debilitados tomen precauciones para prevenir la infección por T. gondii.