Arteriografía renal Qué hacer

La arteriografía renal es un procedimiento médico que utiliza rayos X para visualizar las arterias renales, que suministran sangre a los riñones. Se realiza inyectando un agente de contraste en las arterias renales y luego tomando una serie de imágenes de rayos X. Este procedimiento generalmente se realiza para diagnosticar y tratar afecciones que afectan las arterias renales, como:

Estenosis arterial (estrechamiento de la arteria renal)

Aneurismas arteriales (protuberancias en la arteria renal)

Malformaciones arteriovenosas (conexiones anormales entre las arterias y venas del riñón)

Disección de la arteria renal (un desgarro en la arteria renal)

Embolia de la arteria renal (un bloqueo en la arteria renal)

Preparación:

Antes del procedimiento, es posible que le pidan que:

Ayune durante varias horas antes para asegurarse de que su estómago esté vacío.

Haga arreglos para que alguien lo lleve a su casa después del procedimiento, ya que es posible que lo seden.

Suspenda cualquier medicamento o suplemento anticoagulante, ya que puede aumentar el riesgo de sangrado durante el procedimiento.

Informe a su médico sobre cualquier alergia que tenga, especialmente a los agentes de contraste o al yodo.

Procedimiento:

La arteriografía renal generalmente se realiza de forma ambulatoria. Durante el procedimiento:

Usted se acostará en una mesa de examen y se insertará una vía intravenosa en una de sus venas, generalmente en el brazo, el codo o la mano, a través de la cual se inyectará el agente de contraste.

Se aplicará un anestésico local en la ingle o el brazo para adormecer el área donde se insertará el catéter.

Luego, el radiólogo insertará un tubo delgado llamado catéter en una arteria de la ingle o, a veces, del brazo, y lo guiará hasta el nivel de las arterias renales cerca de los riñones.

Se inyectará material de contraste a través del catéter en las arterias renales.

Se tomarán imágenes de rayos X antes, durante y después de la inyección de contraste para evaluar el flujo sanguíneo y la apariencia de las arterias renales.

Una vez obtenidas las imágenes, se retirará el catéter y se podrá aplicar presión en el sitio de inserción para evitar cualquier sangrado.

Atención posterior al procedimiento:

Será monitoreado durante un período de tiempo después del procedimiento para garantizar que no haya complicaciones. Es posible que experimente cierta molestia o dolor en el lugar de inserción, que normalmente se puede controlar con analgésicos de venta libre. Es posible que le pidan que evite actividades extenuantes y levantar objetos pesados ​​por hasta 24 horas. Debe esperar beber muchos líquidos para eliminar el material de contraste de su sistema.

Recuperación:

La mayoría de las personas pueden regresar a sus actividades habituales al día siguiente.

Riesgos:

En general, la arteriografía renal es un procedimiento seguro. Sin embargo, como ocurre con cualquier procedimiento médico, existen algunos riesgos involucrados, como:

Reacción alérgica al agente de contraste.

Sangrado o hematomas en el sitio de inserción.

Infección en el sitio de inserción.

Daño a la arteria renal.

Daño renal (raro)

Hable con su médico para comprender los posibles riesgos y beneficios del procedimiento antes de tomar una decisión.