La retención de líquidos (edema) causada por insuficiencia renal o hepática grave provoca hinchazón, especialmente en las piernas, los pies y las extremidades superiores e inferiores. Este suele ser uno de los primeros síntomas importantes de cualquiera de los dos. La insuficiencia hepática afecta la producción de albúmina, un componente sanguíneo vital que transporta moléculas por todo el torrente sanguíneo y gestiona el equilibrio de líquidos. Cuando los niveles de proteínas bajan, el líquido sale del torrente sanguíneo hacia los tejidos del cuerpo. La disfunción hepática también afecta el metabolismo de la bilirrubina, lo que provoca ictericia (coloración amarilla de la piel y la parte blanca de los ojos) y picazón. La insuficiencia renal, por el contrario, altera el equilibrio de líquidos y electrolitos, lo que provoca acumulación de líquidos e hipertensión. Ambas condiciones requieren una pronta intervención y tratamiento médico.