¿El sistema respiratorio se ve afectado por la esclerosis múltiple?

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica crónica que afecta el sistema nervioso central, incluidos el cerebro, la médula espinal y los nervios ópticos. Si bien la EM afecta principalmente al sistema nervioso central, también puede tener efectos indirectos en el sistema respiratorio.

Los problemas respiratorios en la EM pueden surgir debido a varios factores:

1. Debilidad muscular: La EM puede causar debilidad en los músculos responsables de la respiración, incluidos el diafragma y los músculos intercostales. Esto puede provocar dificultad para respirar, especialmente durante el esfuerzo físico o al estar acostado.

2. Capacidad pulmonar reducida: La EM puede afectar los músculos que controlan la tos y eliminan las secreciones de los pulmones. Esto puede provocar una disminución de la capacidad pulmonar y un mayor riesgo de infecciones respiratorias.

3. Disfagia: La EM puede causar dificultad para tragar (disfagia), lo que puede provocar la aspiración de alimentos o líquidos hacia los pulmones. La aspiración puede causar neumonía y otras complicaciones respiratorias.

4. Fatiga: La fatiga es un síntoma común de la EM y puede dificultar la realización de actividades físicas que ayuden a mantener la salud respiratoria, como el ejercicio regular y la respiración profunda.

5. Coordinación deteriorada: La EM puede afectar la coordinación y el equilibrio, lo que puede aumentar el riesgo de caídas y lesiones. Las caídas pueden provocar lesiones en el pecho o fracturas que pueden afectar la respiración.

6. Disfunción autónoma: La EM puede afectar el sistema nervioso autónomo, que controla funciones involuntarias como la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración. La disfunción autónoma puede provocar problemas con el control respiratorio y un mayor riesgo de complicaciones respiratorias.

Es importante que las personas con EM sean conscientes de estos posibles efectos respiratorios y trabajen en estrecha colaboración con su equipo de atención médica para controlarlos. El control regular de la función respiratoria, la terapia respiratoria y las modificaciones del estilo de vida (como evitar fumar, mantener un peso saludable y realizar actividad física regular según la tolerancia) pueden ayudar a prevenir y controlar las complicaciones respiratorias en la EM.