De hecho, la mala circulación puede contribuir al dolor muscular, especialmente si el área afectada experimenta un flujo sanguíneo restringido. Cuando la circulación se ve comprometida, el suministro de oxígeno y nutrientes esenciales a los músculos es limitado, lo que provoca fatiga, dolor y malestar muscular. Esto puede ocurrir al estar sentado o de pie durante mucho tiempo, una actividad física inadecuada o ciertas afecciones médicas que afectan el flujo sanguíneo. Mantener una buena circulación mediante ejercicio regular, estiramientos y estilos de vida saludables puede ayudar a prevenir o aliviar los dolores musculares causados por la mala circulación.