¿Cómo continúan funcionando los músculos durante el ejercicio a medida que aumenta la necesidad de oxígeno y glucosa?
1. Aumento de la respiración y el ritmo cardíaco:
- A medida que aumenta la intensidad del ejercicio, el cuerpo demanda más oxígeno. Para compensar esto, la frecuencia respiratoria y la frecuencia cardíaca aumentan. Este aumento de la ventilación ayuda a llevar más oxígeno a los pulmones, mientras que una frecuencia cardíaca más rápida bombea sangre oxigenada a los músculos.
2. Vasodilatación:
- Los vasos sanguíneos que irrigan los músculos se dilatan (ensanchan) durante el ejercicio. Esta vasodilatación aumenta el flujo sanguíneo a los músculos, entregando el oxígeno y la glucosa necesarios para satisfacer las demandas energéticas.
3. Desglose del glucógeno:
- Los músculos almacenan glucosa en forma de glucógeno. Cuando aumenta la demanda de glucosa, el glucógeno se descompone en moléculas de glucosa mediante un proceso llamado glucogenólisis. Esto proporciona una fuente lista de glucosa para alimentar las contracciones musculares.
4. Aumento del transporte de glucosa:
- La insulina es una hormona que ayuda a transportar la glucosa desde el torrente sanguíneo a las células. Durante el ejercicio, la sensibilidad a la insulina aumenta, lo que permite que los músculos absorban la glucosa de manera más eficiente.
5. Oxidación de ácidos grasos:
- A medida que las reservas de glucógeno del cuerpo se agotan durante el ejercicio prolongado, éste comienza a depender más de los ácidos grasos como fuente de energía. Los ácidos grasos se descomponen mediante un proceso llamado betaoxidación, que produce energía en forma de ATP.
6. Amortiguación muscular:
- Durante el ejercicio intenso, los músculos producen ácido láctico como subproducto del metabolismo de la glucosa. La acumulación de ácido láctico puede provocar fatiga y dolor muscular. Sin embargo, las células musculares contienen tampones, como iones de bicarbonato y fosfato, que ayudan a neutralizar el ácido láctico y mantener el equilibrio del pH óptimo para la función muscular.
Estos mecanismos funcionan en conjunto para garantizar que los músculos reciban el oxígeno y la glucosa necesarios para satisfacer las mayores demandas de energía durante el ejercicio. Al optimizar el suministro de oxígeno, el transporte de glucosa y el metabolismo energético, el cuerpo sostiene la función muscular y permite una actividad física prolongada.